Últimamente me he dado cuenta que una de mis dolencias más
frecuentes es el dolor de espalda, en concreto en la zona cervical y lumbar. La
causa de este dolor posiblemente sea el mantenimiento de una misma postura durante muchas horas, como estar sentada, de
pie… (esto no quiere decir que mantenga una vida sedentaria). Por este
motivo empecé a buscar información sobre qué podría hacer para paliar o disminuir este
dolor. A raíz de esa búsqueda “El dolor de
espalda y las emociones, conocerse para curarse “ de David Ponce acabó en mis manos.
Desde un primer momento me llamó la atención su título ya
que tiempo atrás había intuido que mi dolor no solo era causado el problema del mantenimiento de la postura, como he comentado anteriormente, y que podría haber cierta relación entre mi estado de ánimo y la
intensidad y/o localización del dolor. La esperanza que tuve al leer el libro fue que pudiera aclarar mis dudas a la vez que aprender cosas nuevas sobre esta posible relación, y así ha sido.
Por este motivo me gustaría con este post compartiros un pequeño
resumen sobre algunos de los capítulos de este libro. Bueno, ahí va:
La mayoría de nosotros
nos hemos quejado alguna vez por dolores de espalda, y es que el 90% de la
población ha padecido o los padecerá. Dentro de las causas de estos dolores
podremos encontrar patologías graves, accidentes… Por otro lado, ¿alguna vez
has padecido dolores durante mucho tiempo sin llegar a identificar una causa
física? En estos casos es muy probable que identifiquemos las emociones como
responsables de este dolor. Interviene lo que llamamos dolor emocional, las emociones no afectan simplemente a nuestro
estado de ánimo, también afectan al funcionamiento de algunos de nuestros
órganos. Esto tiene una explicación:
Detrás de muchas patologías digestivas, vasculares, etc, puede
haber una disfunción vertebral, pero para identificarla debemos conocer nuestro
cuerpo y entenderlo desde una perspectiva holística (integración total y
global).
La médula espinal es un largo cordón de tejido nervioso
alojado y protegido por la columna vertebral que conecta el cerebro con todos
los órganos y músculos de nuestro cuerpo
a través de los nervios raquídeos. Si
conocemos el mapa anatómico de la medula espinal podremos saber qué región
medular inerva cada órgano, vísceras (viscerotoma), zona de la piel
(dermatoma), grupo de músculos (miotoma), etc. Por tanto debemos tener en
cuenta que una alteración en la columna vertebral puede estar provocando un
problema reflejo.
La musculatura es
esencial para mantener la postura (músculos estáticos), pero también los
pensamientos. Las emociones provocan respuestas que se convierten en pensamientos, estos viajan a
través del sistema nervioso hasta llegar
a los músculos, lo órganos, los vasos o la piel.
A continuación veremos como determinadas
alteraciones en diferentes zonas de nuestro cuerpo se asocian a un tipo de
pensamientos o emociones.
- Musculatura cervical: problemas con la esfera intelectual y temperamental (época de exámenes, exigencias…)
- Zona de hombros: exceso de responsabilidad.
- Manos y brazos: falta de libertad, imposibilidad de compartir.
- Zona dorsal: emociones (al recibir una noticia desagradable posiblemente nos cueste respirar, sentamos presión en el pecho…)
- Zona lumbar: miedos, imposibilidad de seguir adelante y la sexualidad.
- Extremidades inferiores: dificultades para seguir adelante y tropiezos en la vida.
Dicho esto podemos decir que somos nosotros mismos los que
mejor nos conocemos, los que sabemos mejor que nadie qué pensamos, qué sentimos…
pero la mayoría de nosotros ignoramos que estos sentimientos (que normalmente
les restamos importancia) pueden llegar a causarnos una patología (a menudo
necesitamos que alguien sea capaz de mostrarnos lo que no somos capaces de ver,
ahí entramos los fisioterapeutas y otros profesionales de la salud).Por ese
motivo es muy importante ser conscientes de uno mismo y de nuestro entorno y
afrontarlo consciente y globalmente.
Teniendo presente lo que acabamos de comentar podemos
afirmar que las mejores medicinas para nuestro cuerpo son: gritar, llorar, reír,
no contener las emociones, descansar, ejercitar el cuerpo, comer bien.
Recomiendo a la gente que le interese este tema la lectura
del libro “El dolor de espalda y las emociones, conocerse para curarse “, donde
se abarcan muchos otros temas relacionados como la alimentación, el ejercicio…
además de muchos ejemplos de casos clínicos reales.
Aquí os dejo algún enlace de interés sobre el libro y el autor: